Sin ninguna duda el nado con el tiburón ballena es de las mejores experiencias que puedes tener en Riviera Maya. La cuestión es, ¿también es una buena experiencia para el tiburón ballena?
Reflexiono de la actividad turística del nado con el tiburón ballena a través del propio espejo, el de la propia experiencia. He hecho el nado con el tiburón ballena en 5 ocasiones, todas las veces distintas e increíbles momentos. Se me hace imposible no emocionarme nadando al lado de un animal tan colosal en aguas abiertas de este cristalino mar Caribe, como si fueras un pez más, olvidándote de todo lo demás durante esos minutos irrepetibles. De las experiencias que te tatúan una sonrisa.
¿Por qué dejé de nadar con el tiburón ballena?
El nado con el tiburón ballena empezó en el Caribe mexicano sobre el 2002. Desde la primera vez que hice la actividad en el 2008 hasta la fecha, ha aumentado el número de turistas considerablemente. Donde antes habían decenas de turistas, ahora hay cientos. Es imposible no percibir el acoso que supone para los tiburones ballena la cantidad de embarcaciones turísticas que participan cada día de esta actividad. Según conocí más la actividad y el negocio me comentaron que la mitad son dañados por las hélices de las lanchas, pero se prefiere no hablar mucho del tema.
La actividad del nado con el tiburón ballena se hace aprovechando las horas que el colosal pez sale a la superficie a alimentarse del plancton. La confluencia de aguas entre el Golfo de México y el Caribe es uno de los lugares más ricos en nutrientes, y aglutina una gran cantidad de fauna marina, entre ellos el tiburón ballena. La actividad del nado la realizas durante su tiempo de alimentación, cuando permanecen reunidos en un área de la superficie, situación perfecta para asaltar su mesa. Empatizando un poco con el animal, imagínate que te aborden a tu hora de la comida una bandada de torpes moscones invadiendo tu espacio. Desde luego yo intentaría alejarme de estos molestos intrusos.
Desde el 2011 decidí no ir a incordiar más a su mesa, me sentí muy mal las últimas veces. Pero imagínate que aún teniendo conciencia de lo que implica la actividad, si un amigo me pregunta si vale la pena, le diría que que sí, aunque por supuesto le explico mi visión. La avaricia de tener la experiencia es superior a todo, para mí fue brutal la sensación de nadar con este pedazo animal. Mi decisión fue tomada con la avaricia saciada, fue más sencillo: sólo reflexiono en mi espejo y que pueda servir la experiencia de lo vivido.
El negocio y su dificultad:
El nado con el tiburón ballena es una actividad que durante los escasos 4 meses que dura deja la mayor derrama económica en actividades turísticas a pescadores y empresarios turísticos en Quintana Roo.
La temporada del nado con el tiburón ballena se realiza de la segunda quincena de mayo hasta mitad de septiembres
La Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) son los organismos competentes en administrar la actividad. En el 2015 fueron otorgadas concesiones para realizar la actividad a más de 300 permisionarios, pudiendo salir 60 embarcaciones al día. En Holbox se contabilizan 40 permisionarios más. Cada barca lleva un máximo de 10 personas: somos una buena banda de moscones alrededor del animal, ¿o no? Leí que llegamos a ser de 2.300 turistas en un día concurrido (Fuente).
Desde las instituciones oficiales seguro se intenta generar el mejor servicio y cuidar a los animales con acciones como dar licencias contadas, capacitando debidamente a los guías y obligando a los turistas a cumplir unas normas. Me consta que cada año hay nuevos debates sobre la actividad del nado con el tiburón ballena, e intentan buscar nuevas soluciones para mejorar. Mi reflexión es que la gente involucrada en el negocio, tanto organismos oficiales como entidades privadas, son precisamente los que viven del tiburón ballena, es la boca que los alimenta. Y bajo esta ley natural, más que preservar y cuidar al propio tiburón ballena, lo que hacen es preservar la propia actividad del nado con el tiburón ballena.
Este hecho tapa los daños locales y el desconocimiento real que se tiene sobre el tiburón ballena y cómo impacta la actividad del nado en ellos. Es algo que no permite un debate interno sano y la posibilidad de cómo reconducir la actividad del tiburón ballena en Riviera Maya.
Si no se debate poniendo en un mismo saco todas las posibles causas de una mala preservación del tiburón ballena, nunca llegará a buen puerto el tiburón ballena, siempre saldrá dañado. En este saco debería incluirse el cuestionar la propia actividad del nado con el tiburón ballena, de su efecto dañino sobre el animal y sus costumbres. Al menos tal y como se maneja ahora.
¬øSoluciones distintas?
En un presentación que asistí en el Planetario de Cancún el 14 de julio de 2015 del documental “Entre gigantes: Tiburón Ballena”, del buzo Alberto Friscione, se abordaron varias cuestiones sobre el tiburón ballena y la preocupación, sobretodo a su no llegada en algún momento. Me pareció interesante la participación de personas sin ningún vínculo monetario con la actividad del nado con el tiburón ballena (algo esencial bajo mi punto de vista para sanear el debate) que apuntaron ideas frescas para la preservación, sin dejar de obtener ganancias del tiburón ballena. Una de las más recurrentes fue la de limitar mucho más las licencias para la actividad, con el grueso problema de a qué vecino quitas el pan. La presión del negocio siempre se hace evidente.
Un maestro biólogo apuntaba a reconducir la actividad para que su impacto fuera menor en el animal, con salidas a ver el tiburón ballena, pero sin permitir el nado: esto suponía lanchas con visibilidad de fondo marino y se conservaría una distancia mucho más prudencial de las lanchas con los animales. No parece una salida interesante para el negocio, que saben que genera más beneficios la atractiva oferta de nadar con ellos que sólo verlos. Sólo son apuntes que quedan en el aire, pero abren puertas a alguna mente, quién sabe.
Quedó claro en la ponencia que hay un estrés real a los tiburones ballena. algo que sentimos muchos de los que hemos participado en esta actividad, un punto por el que suelen pasar rápido los implicados. También existe la obviedad de las daños ocasionados por las hélices, algo de lo que no gusta hablar. Es más fácil mirar en ojo ajeno y hablar de las lanchas privadas que interceden en el negocio o de permisos de pesca a los cubanos como causas palpables más que mirar en el propio ojo. Es humano y natural, seguramente haría lo mismo si mi negocio fuera el nado con el tiburón ballena.
Las normas para el nado y la realidad:
Las normas son claras: rigen una distancia por lo menos 10 metros de las lanchas con del tiburón ballena, dos turistas en el agua por guía, quienes pueden nadar a cinco metros a los costados del pez y sólo es permitida una embarcación por organismo durante 30 minutos. Además de no ponerte bloqueador solar, sólo biodegradables ( me pregunto si existirán realmente biodegradables, ¿qué crees?).
El tema es que las normas no saben si un día encuentras 200 tiburones ballena o si encuentras a 20. Según el día habrá tiempo para todos los turistas, otros días el tiempo estipulado de 30 minutos por lancha se complica. En el fondo el tiburón ballena marca las normas, y como vemos es impredecible. Las lanchas actúan bajo la presión de clientes que después de pagar unos 200 usd por persona, quieren obtener el mejor servicio. En estas circunstancias se hace imposible o muy difícil seguir las normas como se debiera. Somos muchos, ese es el problema. Las lanchas se acercan más de lo permitido muchas veces, dañando a los tiburones ballena con las hélices y agrediendo. Por muy habilidoso y buena disponibilidad que tenga el capitán de la lancha, el acercar al turista al animal entre tanta embarcación no es tarea fácil. Parte de culpa es de los clientes, aunque sepamos las normas y sin querer incurrir en ellas, es fácil atravesarte en la trayectoria del animal y molestarlos, no son expertos nadadores que dominan el momento. Es lo que hay, ¿para qué engañarnos?
¿Cómo lo veo?
El ser humano aprovecha todos los recursos naturales a su alcance para hacer dinero, es una evidencia. El tiburón ballena no escapará de la voluntad de ser del humano, pero siempre hay maneras menos agresivas de actuar en nuestro entorno. Creo que tal y como se administra a día de hoy la actividad del nado acosamos al tiburón ballena. Es una barbaridad el número de lanchas cargadas de turistas que los rodean, un agobio.
Que la actividad se realice en plena naturaleza no significa que sea ecoturística, nada que ver. Ojalá sepamos convivir mejor con nuestro entorno, sabiendo que somos el gran depredador del Planeta, deberíamos tomar conciencia y limitar nuestras voluntades. No sé cómo se seguirá desarrollando el nado con el tiburón ballena, si se alejarán de la costa, si realmente la estemos fastidiando tanto que no haya marcha atrás, realmente no lo sé, pero plantearnos las cosas es un inicio de algo.
Buen camino,
Muchas gracias a Fausto por el material gr√°fico, est√†s fet un artista üôÇ
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Fotógrafa de formación, viajera de vocación y guía certificada de turismo por el Gobierno de México. Promovemos las maravillas naturales y la cultura maya contemporánea. Gran aficionada a la historia prehispánica. Autora del blog y co-fundadora de El camino más corto Travel, agencia que te guía por caminos alternativos en tierras mayas. Turismo social y sustentable en la Península de Yucatán y Chiapas.
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